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lunes, 13 de septiembre de 2010

“El conflicto con Aena por el convenio colectivo no está cerrado”

El líder de los controladores señala que las relaciones con la empresa son ahora fluidas, pero asegura que todavía quedan muchos puntos críticos por pactar.
Aena y sus controladores sellaron a mediados de agosto un preacuerdo que, supuestamente, encauzaba las negociaciones del convenio colectivo, tras una amenaza de huelga del poderoso sindicato Usca y varias semanas de críticas y acusaciones cruzadas que tuvieron en vilo al sector turístico. Un mes después de esa firma, el presidente del sindicato, Camilo Cela, enfría las expectativas que generó el pacto, aunque reconoce que las relaciones con el gestor aeroportuarios son ahora fluidas. “No se puede decir que el conflicto esté cerrado. El convenio es un documento larguísimo de más de 160 páginas y que lo regula todo. No puedes sustituirlo por cuatro o cinco folios, que es lo que firmamos. Lo que se acordó es poner un poco de orden en la situación caótica y de crispación que arrastrábamos. Digamos que esto era un avión que estaba en caída libre y hemos conseguido frenar el descenso, pero todavía hay que conseguir que remonte”, confiesa. Cela también cree que es complicado cumplir con el objetivo anunciado de firmar el documento antes de que finalice el año. “A mí, encantaría tenerlo en esa fecha y, si la negociación no se tuerce, se puede. Nosotros ya hemos hecho una propuesta completa y firmaríamos mañana si Aena lo admitiera todo. Quizás, sería más realista hablar como objetivo que se cierre todo antes de Semana Santa”. Temas espinosos ¿Cuáles son las líneas rojas que pueden frustrar el pacto? “Quedan algunas cosas espinosas que no nos gustaría ceder y que Aena está empeñada en que sí, como el acceso a los puestos de carrera profesional. Por ejemplo, la elección del jefe de sala. Por convenio, ha sido siempre un puesto de carrera que se determinaba por la antigüedad. Aena quiere que sea un puesto de libre designación y eso es algo que no aceptamos”. La otra línea roja es la jornada anual de trabajo. La ley aprobada en abril fijaba un máximo de 1.750 horas (1.670 fijas y 80 extraordinarias); antes eran 1.200. Además, el preacuerdo de agosto establecía varias escalas de jornada en función de la carga de trabajo de cada centro. Los controladores no se resignan a lograr más. “Lo más justo es que se nos iguale con la media europea, de 1.350 horas anuales. Queremos que sea así progresivamente en un plazo de un par de años. El problema es que Aena no ha calculado las necesidades; por eso, quiere fijar lo máximo posible”. Pese a estas dificultades, Cela asegura que mantienen con Aena un diálogo abierto y sin recelos. “El ministro, José Blanco (les recibió hace dos semanas), fue correcto. Nos aseguró que no tiene nada personal contra nosotros y que no existe ninguna animadversión. Estuvo de acuerdo en que el diálogo es la vía adecuada para resolver el conflicto”. El presidente del Usca, que vuelve a rechazar las acusaciones de que han realizado una huelga encubierta en verano – “no he hecho ni un minuto de paro desde que entré en Aena en 1987”–, asegura que el colectivo tiene claro que los tiempos han cambiado: “Los controladores hemos asumido que tenemos que trabajar más y cobrar menos. El problema no es que haya cambiado la situación, sino cómo ha cambiado, las formas. No se puede modificar las cosas a base de llamar ladrón y chantajista a un colectivo de 2.000 personas y usando un Real Decreto. No hemos hecho nada malo”. Camilo Cela, que es sobrino del escritor y premio Nobel fallecido en 2002, confiesa que ha pedido a sus propios hijos que no comenten en qué trabaja su padre. “Ha habido tanta crispación, que muchos controladores quieren irse de España. Va a haber un goteo de fugas”, añade. Hasta 180 profesionales han acudido a los tribunales para rescindir su contrato alegando modificaciones de sus condiciones laborales. Bajada salarial Sin entrar en cifras, el controlador señala que su salario ha bajado un 40% en los últimos meses y defiende los elevados sueldos que se han ganado en los últimos años (300.000 euros de media). “En todos los países del mundo, los controladores trabajan menos que la media de las personas y cobran más. Aquí, el único privilegio es que el que ha querido trabajar mucho, ha ganado mucho, y el que no, ha ganado como los europeos (antes, la base del salario eran unas horas extras voluntarias que se pagaban a precios de oro y que fueron eliminadas por la nueva ley)”. Cela saca al final de la entrevista el orgullo de controlador: “No se puede comparar mi salario con el de un bombero o un electricista. Me tienen que comparar con un controlador europeo”. ¿Pero los trabajadores viven en España? “Sí, pero tenemos un trabajo que nos diferencia. Lo que hacemos es muy delicado y clave para la seguridad de la navegación”.

Fuente: expansion

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