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domingo, 18 de julio de 2010

Aena recortará 750 millones en gastos para llegar atractiva a su privatización

La empresa se lanza a renegociar contratos de alquiler y suministros básicos, y rebaja el sueldo a directivos y mandos intermedios.

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) se pone 'guapa' para llegar más atractiva a la inminente privatización. La empresa, que arrastra una deuda de 12.104 millones y que se autofinancia y no recurre a los Presupuestos Generales del Estado, ha puesto en marcha un intenso plan de ahorro. Un programa que contempla -junto al recorte impuesto por decreto a los controladores- medidas adicionales que buscan un ajuste de 750 millones de euros hasta 2013.

Renegociaciones con los proveedores de servicios esenciales (energía o telecomunicaciones), nuevos contratos de alquiler de edificios o recortes salariales son algunas de las medidas puestas en marcha. Un movimiento que busca también adelantar a 2014 la entrada en beneficios de la compañía presidida por Juan Lema.
La crisis ha tenido especial incidencia en el negocio aéreo. A pesar de que el tráfico ha dado la vuelta y crece ya a ritmos del 3,2% tras dos ejercicios pésimos, Aena cuenta con que el número de pasajeros que había en 2007 no llegará, al menos, hasta 2013. Por eso, y por la austeridad obligada impuesta desde el Ministerio de Fomento, la prioridad se traduce en adelgazar a toda costa. Una necesidad real, que a las puertas de la privatización (que podría ser de hasta el 49% del capital de la empresa) se convierte en ineludible. Eso hará también, afirma Lema, que no sea necesario iniciar a corto plazo las grandes actuaciones previstas actualmente, «ya que se dispone de suficiente capacidad para los próximos años».
Se revisa todo menos las inversiones en seguridad, que este año y en su concepto más amplio (seguridad operacional, de personas y bienes o en prevención de riesgos laborales) ascenderán a 1.000 millones. Lo primero, cambiar de sede principal y apretar al resto de arrendadores para rebajar el coste del metro cuadrado. Un movimiento con el que Aena pretende ahorrar 7,8 millones en tres años, el 60% de lo presupuestado inicialmente. El equipo de Lema ha renegociado el suministro eléctrico y, en una facturación de 80 millones, se ha logrado rebajar 20,6 antes de impuestos sólo en este año. El tijeretazo ha sido de 7,6 millones en Barcelona (donde suministra Iberdrola) y de 1,1 millones en Madrid (Unión Fenosa-Gas Natural).
El consejo de administración de Aena del pasado 30 de junio decidió la adjudicación de telefonía fija, de datos y móvil para los próximos 36 meses por 14,9 millones, lo que comporta un ahorro de 25 millones (el 63%) sobre el presupuesto licitado. Los ganadores han sido Vodafone (fijo y móvil, por 6,8 millones) y Telefónica (datos, por 8,5 millones).

Salarios a la baja

No bajan los sueldos de los controladores, a los que José Blanco (y después el Congreso al convalidar el polémico real decreto) ha impuesto un notable ajuste, que se traducirá en ahorros de 300 millones. La cúpula y los puestos intermedios de Aena también han visto ya reducida su nómina de junio. En el caso del presidente, el recorte ha sido del 8%, por encima del aplicado a los directivos (5% del total de la nómina).
El personal de estructura asume un recorte también del 5% pero sólo en su complemento de 'puesto de trabajo'. Además, ha advertido Lema en sede parlamentaria, se llevarán a cabo otras medidas de mejora de la productividad y de reducción de gastos de personal «para todos los empleados de Aena sujetos al convenció general de la entidad». Entre estas, destacan la contención de las retribuciones, la no reposición del 100% de las bajas o el ahorro en conceptos como viajes y comisiones de servicio. En este último concepto el ajuste será de 25,3 millones de euros. La publicidad también sufrirá, pues se va a recortar en un 30% (5,6 millones) en los tres próximos años.

Contratos más duros

Lema tiene claro que la ineficiencia muchas veces asociada a las grandes empresas públicas se ha terminado. Por ejemplo, el presidente de Aena se ha sentado con los responsables de la ingeniería del Estado (Ineco), cuyos trabajos en los procesos de preparación de licitaciones eran bastante más caros que los de las empresas privadas, para cerrar un acuerdo por el que sus costes no se irán más allá del 2,2% del coste de las obras.
Y lo mismo ha hecho con los ingenieros o los costes horarios de otros profesionales. Al tiempo, Aena estudia muy en serio su norma general de contratación para aplicar un nuevo modelo en el que la compañía tenga más control del coste final de los proyectos, limitando al máximo las bajas temerarias y los modificados al alza una vez adjudicados los contratos. Aena quiere también disminuir la subcontratación e implicar más en los proyectos a las consultoras que realizan labores previas.

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