De la inquietud al desconcierto. Con ese estado de ánimo vivieron la jornada de ayer los empleados del aeropuerto de San Javier. La noticia del cierre del aeródromo costero y el más que posible traslado a Corvera de la plantilla de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) convirtió la portada de 'La Verdad' en la hoja de ruta de su futuro próximo. Algunos nada sabían hasta que llegó la hora del café y un compañero le puso por delante la portada del periódico con el titular de que Aena gestionará las nuevas instalaciones de Corvera. Muchos mantenían el optimismo después de conocer las noticias. «Supongo que nos respetarán el convenio», comentaba Amparo Pérez, trabajadora del departamento de Operaciones, en sus minutos de descanso para el almuerzo a la puerta de la flamante terminal de pasajeros. «Me da igual ir a trabajar hasta Corvera, incluso me viene mejor porque vivo en Murcia, pero si tuviera que hacer los kilómetros que haga falta, los haría, porque ahora lo importante es conservar el puesto de trabajo», explica la trabajadora.
El convenio que firmaron los trabajadores de Aena con el Ministerio de Fomento es lo único que les da tranquilidad en estos momentos de incertidumbre. A finales de 2010 suscribieron un acuerdo que da derecho a los 90 empleados de la empresa mixta -con parte estatal y parte privada- a elegir destino en cualquier aeropuerto español o en el más cercano llegado el caso de que San Javier eche el cierre.
A pesar del colchón de seguridad que les otorga el convenio, todo eran preguntas ayer tras la noticia del traslado. «Hasta que no tengamos comunicación del traslado, no podemos hacernos una idea porque ya han dicho y desmentido esto muchas veces», cuenta una trabajadora. Otra compañera no oculta su incertidumbre sobre qué pasará con la plantilla ante los voluminosos procesos de selección y formación de personal que han llevado a cabo en Corvera. Por otro lado, le hace ilusión «ir a un aeropuerto más grande, con más vuelos internacionales, más movimiento».
Los representantes sindicales quisieron ayer guardar silencio sobre la situación laboral de la plantilla. «Prefiere no hablar hasta tener más datos», disculpó ayer Salvador Soto, secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras, al delegado sindical en el aeropuerto. «Están intentando sentarse a negociar, ya que inquietud tienen todos, y no solo los trabajadores de Aena», dijo ayer Soto.
Por su parte, Charo Jiménez, de UGT, reflejaba la preocupación de los trabajadores indirectos del aeropuerto, la otra cara de la moneda, los cientos de empleados que temen el fin de sus contratos con el cierre de San Javier, ya que dependen de empresas de servicios auxiliares aeroportuarios que se adjudican por concurso, como la limpieza de edificios, la seguridad privada, el catering y el servicio de restauración, el servicio de acompañamiento a la movilidad, y el aparcamiento vigilado, entre otros.
Jiménez, con más de 20 años en el servicio de limpieza, asegura que no sabía nada del traslado antes de leer el periódico. Como ella, decenas de trabajadores que no tienen convenio que les garantice la continuidad, como lo tiene el personal de Aena. «Tenemos mucha incertidumbre», afirma la trabajadora, al igual que una de las 25 agentes de seguridad privada: «haría los kilómetros que me pidan por conservar el trabajo, pero lo tenemos difícil».
Fuente: laverdad
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