Aena ha reducido en el último ejercicio su plantilla en casi 2.000 trabajadores para atraer a los posibles inversores que pujen por el 49 por ciento del organismo público que gestiona la red de los aeropuertos españoles, ya que de un plumazo hace mucho más productivos a sus empleados al crecer la facturación por cada uno de ellos en más de un 16 por ciento.
Según recoge la memoria de 2010, la fuerza laboral ha pasado de 15.256 empleados en 2009 a 13.353 al cierre del pasado ejercicio, pero no da ninguna explicación oficial de ese espectacular descenso. Un portavoz oficial de Aena preguntado por este periódico asegura que la razón es que se han dejado de contabilizar los trabajadores de Ineco, la empresa de consultoría pública que depende de Fomento.
El Ministerio dirigido por José Blanco lanzó el pasado ejercicio un plan para ahorrar costes. Una de las primeras medidas que tomó fue fusionar las dos consultoras públicas que existían: Ineco y Tifsa(Tecnología e Investigación Ferroviaria). Tras culminar el proceso, que ha supuesto un intercambio de participaciones cruzadas de varios accionistas, Ineco, que antes tenía en su capital una participación mayoritaria de Aena de casi el 62 por ciento, ha sufrido una reorganización accionarial en la que la entidad presidida por Juan Ignacio Lemasigue siendo mayoritaria, pero sólo controla el 45,85 por ciento de la consultora, que pasa a ser técnicamente empresa asociada y se consolida por el método de puesta en equivalencia, no de manera global.
Entonces, ¿qué ha logrado el Ministerio de Fomento con esta jugada de ingeniería financiera? Pues que entre otras cuestiones deje de consolidar en los resultados del grupo. Aunque a priori es un pequeño inconveniente en el resultado final de sus cuentas, Aena consigue quitarse un lastre como Ineco que, entre otras cuestiones, debe buscarse la vida sin necesidad de los trabajos que le hace a las grandes empresas de Fomento, como la propia Aena, Adif o Renfe. Sobre todo después de algunas acusaciones publicadas por este periódico, en las que se asegura que Ineco hace trabajos para empresas de Fomento que no le corresponden.
En la memoria, Aena reconoce que la pérdida de control de Ineco supone la no integración en las cuentas consolidadas de sus ingresos, que representaron el 4,8 por ciento de los ingresos de explotación consolidados en 2009, pero también les beneficia, porque los gastos de explotación se reducen un 7,8 por ciento, entre otras cuestiones por la salida de la consultora presidida por Ignasi Nieto.
Tras el adelgazamiento de la plantilla, se produce un gran descenso de trabajadores de las categorías de técnicos y coordinadores. Por su parte, en el caso de los controladores, se mantiene el número de empleados, incluso crece en 15 más, hasta alcanzar los 2.419 profesionales.
En la memoria de 2010, Aena también desglosa como irá devolviendo la deuda que ha ido generando tras las faraónicas inversiones en aeropuertos de la red, como es el caso de Barajas y El Prat. Aena debe más de 12.000 millones de euros y, de momento, el pago más fuerte previsto sería para el año 2015, con 949 millones de euros de desembolso.
Todo este reparto del pago de la deuda podría cambiar a corto plazo, ya que la intención del Ministerio de Economía, tras la petición de Aena, es emplear aproximadamente la mitad de los ingresos logrados por la licitación de la explotación de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, cuyo ganador se conocerá en la primera mitad del próximo mes de noviembre, en reducir esa deuda. Según las previsiones del Tesoro, se podrá conseguir por ambos concursos hasta 8.000 millones de euros. Si la mitad, 4.000 millones, se destina para enjugar la deuda, este lastre para Aena se reduciría en un 33 por ciento, lo que supondría otro atractivo para los inversores que quieran entrar en el 49 por ciento del grupo.
Fuente: eleconomista